IRIA DEL RIO ANA

Ana cumple 30 años el día de Año Nuevo con la vida aún por resolver:
vive en un piso compartido, no le gusta su trabajo, cambia a menudo de amigos...
Cuando va a un restaurante, quiere probar todos los platos. Procede de una familia unida, jaranera y amorosa,  con dos hermanas con las que se lleva fenomenal y un montón de primos. Tiene lo que muchos psicólogos llaman horror vacui vital. Siempre haciendo planes, siempre en movimiento, con terror a parar y quedarse quieta. Quizá por eso a veces le cuesta  concentrarse. Ana es entusiasta. Cree en la gente, a veces más que ellos mismos. Es esa clase  de persona capaz de sacar lo mejor de ti.

Empezó Periodismo porque le atraía la aventura pero al terminar descubrió que no había  aprendido nada. Ha hecho prácticas de mierda, ha cubierto ruedas de prensa interminables…  Cuando conoce a Óscar, hace un año que ha perdido su curro en una agencia de publicidad - un curro que, en realidad, odiaba-, y trabaja de jueves a domingo poniendo copas en un  garito. Ana no tiene claro su futuro laboral, así que ha pedido una visa de trabajo para irse a  Vancouver. Solo dan mil visas al año, y ella tiene una. Siente que le ha tocado la lotería. Pero hace nueve meses que se la dieron y todavía no se ha ido. Hay un término japonés, “Ikigai”,  para referirse a ese propósito en la vida que nos apasiona y en el que podemos aportar. Ana está convencida que un día va a encontrar su Ikigai. Pero todavía no ha llegado.

Ana ha tenido un montón de relaciones y ninguna ha durado más de seis meses. Siempre tiene miedo a meterse en relaciones que no van a ningún lado, pero ahora que se va a Vancouver, se permite, por primera vez, dejarse llevar. Y así es como conoce a Óscar.

Ana tiene mil amigos. Por un lado sus amigas del colegio, las de toda la vida, con las que  últimamente no se siente tan a gusto. Ellas parecen haber encontrado el camino, ”su” camino, y Ana ni siquiera sabe por dónde empezar a buscar el suyo. Por otro lado, están los del garito donde curra, con quienes se siente mucho más cómoda y comprendida.